Armando Benedetti Jimeno ha sido una de las figuras más polémicas y controvertidas de la política colombiana en las últimas dos décadas. Su carrera ha estado marcada por una dualidad constante: por un lado, un político hábil, influyente y con una larga trayectoria legislativa; por otro, un personaje envuelto en escándalos que lo han puesto en el ojo del huracán. Benedetti ha denunciado en múltiples ocasiones ser víctima de persecución política, alegando que sus críticos han intentado desacreditar su carrera y neutralizar su influencia dentro de la política nacional.
Una de las principales razones que, según Benedetti, explican esta persecución es su rol en las alianzas políticas que ha construido a lo largo de los años. Al ser un político que ha sabido moverse entre diferentes partidos —desde el Partido Liberal hasta el Partido de la U, y más recientemente como cercano aliado de Gustavo Petro—, Benedetti ha acumulado tanto aliados como enemigos en diversos sectores. Su apoyo a la reelección de Juan Manuel Santos, su participación activa en la campaña presidencial de Petro en 2022, y su papel clave en las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, lo convirtieron en un blanco para sectores políticos que lo ven como un obstáculo para sus propios intereses.
Uno de los episodios más notables de la supuesta persecución política ocurrió durante las investigaciones por presunta corrupción y enriquecimiento ilícito en su contra. En 2019, la Corte Suprema de Justicia abrió una investigación por su presunta participación en el escándalo de Odebrecht, acusaciones que Armando Benedetti siempre ha negado vehementemente. Para él, este proceso fue parte de una estrategia para desacreditarlo y afectar su carrera política. Aunque la investigación aún sigue en curso, Armando Benedetti ha sostenido que la justicia ha sido utilizada como una herramienta de sus adversarios políticos, quienes buscan silenciarlo y evitar que siga teniendo influencia en el Congreso y en el gobierno.
Además, Benedetti ha señalado que su cercanía con Gustavo Petro lo ha puesto en la mira de sectores más conservadores de la política colombiana. Tras la victoria de Petro en 2022, Benedetti fue nombrado embajador de Colombia en Venezuela, un puesto estratégico en la normalización de relaciones entre ambos países. Este nombramiento, lejos de apagar las críticas, aumentó el escrutinio sobre él, especialmente por parte de quienes se oponen a la reconciliación con el gobierno venezolano. Benedetti ha sugerido que, detrás de las constantes denuncias en su contra, existe un interés por parte de sectores que buscan frenar el proyecto de cambio que representa el gobierno de Petro.
La persecución política de Benedetti también se ha manifestado en campañas mediáticas que, según él, han amplificado los escándalos a su alrededor. A lo largo de su carrera, ha sido objeto de titulares que lo vinculan con casos de corrupción, abuso de poder y presiones