Juan Estrada representa a los Bautista, dueños de la fabricante de los pasaportes y tiene al frente a César Palomino, defensor del gobierno que irá hasta el final
Este sábado 14 de septiembre se va a cumplir un año desde que el entonces canciller Álvaro Leyva decidió declarar desierta la licitación para la fabricación de los pasaportes que beneficiaba a Thomas Greg & Sons, empresa que lleva ejerciendo esa labor desde hace casi dos décadas. Por el camino han salido descabezados tanto él como la exdirectora de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado (Andje), Martha Lucía Zamora y la Nación se ganó una demanda con pretensiones cercanas a los $117 mil millones que aún no ha sido resuelta.
Cuando el lío de los pasaportes tuvo un giro de 180 grados que desencadenó el anuncio de que Thomas Greg va a seguir estando a la cabeza de la fabricación durante otro año se intuía que podía haber un retiro de la demanda por su parte al haber conseguido ya una victoria frente al Estado, pero al final no fue así, sino que, por el contrario, la empresa de los hermanos Bautista va a seguir con toda para sacar adelante este proceso legal en el que dos abogados experimentados sacarán a relucir todos sus recursos.
Los dos pesos pesados que protagonizan la pelea
Por un lado, está Juan Pablo Estrada, el apoderado de la empresa que instauró la demanda y, por el otro, está César Palomino, quien llegó a la dirección de la Andje el pasado julio tras seis meses de interinidad. El primero es particularmente conocido por haber sido candidato a la rectoría de la Universidad Externado, su alma mater, y el segundo por haber sido magistrado de los Tribunales Contenciosos Administrativos de Cundinamarca y Chocó.
Ya Palomino destapó las cartas de su defensa al asegurar que cuenta con las pruebas suficientes como para demostrar que la licitación que le entregó los pasaportes a Thomas Greg y que fue declarada desierta por Leyva fue una licitación sastre, es decir, fue hecha a la medida de la empresa con sede en una isla del Canal de la Mancha con requisitos y condiciones que solo podían ser cumplidos por ella. Él está convencidísimo de que el resultado saldrá a favor del Estado, pero la defensa liderada por Estrada opina lo contrario, por lo que la pelea está para alquilar balcón.
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