Nació en los 50 como una celda de pueblo que no tenían más de 10 presos, hoy es una megacárcel para mil reclusos y de las primeras del país en ahorrar en costos
Los ladronzuelos del pueblo y los borrachos problemáticos iban a parar a la pequeña cárcel de El Espinal, que quedaba muy cerca de la alcaldía, sobre la cual mandaba el alcalde del pueblo. Eran los años 50. Una década después el control de la cárcel fue tomado por el ministerio de Justicia, quien puso al frente de la penitenciaría a un cabo con cuatro guardianes como acompañantes. Estas cinco personas fueron por un par de años los cuidadores de los presos que tenían tras las rejas, que por aquellos años no pasaban de 50.
Lea también: Así le llevaron energía a un colegio en Bojayá donde nunca habían estudiado con luz
Fue hasta la década de los años 70 cuando la alcaldía de El Espinal le cedió un lote de 7 hectáreas al ministerio para que hiciera allí la cárcel del municipio, que se estaba quedando pequeña para la cantidad de presos que la justicia mandaba recluir. Fue así como la nueva cárcel de El Espinal se hizo morada de delincuentes de pueblos y ciudades cercanas.
Con la llegada de os años 70, este reclusorio lo integraban tres patios para hombres y uno para mujeres. Así funcionó hasta diciembre de 2001, cuando el ministerio de Justicia en cabeza del huilense Rómulo González, ministro de justicia de Andrés Pastrana, inauguró un nuevo pabellón donde cabían 200 presos más.
La cárcel fue mixta hasta el año 2007, cuando todas las mujeres internas fueron trasladadas para la cárcel de mujeres del Guamo, también en el Tolima. Pero el giro de la prisión se dio en junio de 2010, cuando sus 640 presos fueron sacados del penal y enviados al Complejo penitenciario de Ibagué, porque aquella cárcel fue el nuevo hogar de 250 internos exparamilitares postulados dentro de la Ley de Justicia y Paz.
En el año 2014, en la presidencia de Juan Manuel Santos, se inicia la reconstrucción y ampliación de la cárcel de El Espinal. Construyeron siete pabellones más, para casi 800 internos, obra que alcanzó a inaugurarse en el gobierno de Santos y su último ministro de justica Jorge Eduardo Londoño. Desde ese momento, 2017, pasó llamarse Cárcel y Penitenciaria de Mediana Seguridad del Espinal Tolima – Incluye Justicia y Paz.
Ahora la cárcel se ilumina con paneles solares
Hoy, 7 años después, la cárcel de El Espinal, una de las más modernas del país y que ahora tiene un poco más de mil internos, vuelve a ser noticia. El gobierno de Gustavo Petro y los ministerios de Justicia y de Minas y energía, inauguraron en esta cárcel la primera comunidad energética carcelaria del país.
Dentro del programa comunidades energéticas, liderado por el ministro Andrés Camacho y con una inversión de $879 millones, se montaron en los techos de esta cárcel 402 paneles con los que los presos que pondrán a funcionar las máquinas con las que se capacitan y alumbrarán sus noches con energía producida por el sol tolimense, que le genera a la cárcel un ahorro de energía eléctrica del 32%, y de unos 17 millones de pesos al mes.
La instalación de estos paneles solares en la cárcel de El Espinal fue un piloto que resultó exitoso, el cual dio pie para planear muchas más comunidades energéticas en otras cárceles del país. Se va a comenzar en la costa Caribe y en el Meta, donde los reos ahora se resocilizarán con la energía que viene de los paneles solares.
-.